viernes, 13 de septiembre de 2013

Una mala mañana, después de una buena noche.

Y por ahí empezamos. Que hora era cuándo llegué... Mmm... No lo recuerdo bien. Con la vista nublada, los dedos torpes, entre lloviznas y mareos. Síntomas de una buena noche, presagio de una mala mañana, un inapetente almuerzo y una tarde interminable con uno o dos destinos posibles: Sus ojos o mi almohada. Pero me frenó acá porque la idea no es contar lo que viene, sino lo que fue. Ahí esta el punto de partida y te entre toces y bostezos intento reconstruir la noche que se fue.

Llovió todo el bendito Jueves, pero eso no impedía que sigamos firmes a nuestra religión a la cual se siguen sumando más y más personas cada Jueves que pasa. Salimos de punta en blanco, volvemos como podemos, pero al final llegamos y al otro día, aunque sabes que te cuesta horrores vivirlo, te acordas lo que hiciste y no te arrepentís de nada. Es más, queres que llegue el siguiente encuentro, el siguiente Jueves. En fin, el día no quería mejorar para darnos el gusto de una buena salida, pero la noche nos acompaño igual.

Empezó todo, medio complicado, volvi de cumplir con el ritual futbolero de los Jueves y me encontré sin celular, incomunicado y presintiendo que la noche terminaba en una ducha y arropado en mi cama. Di vuelta la casa, el auto, la ceramica, al Chifu, a Candela y hasta me podría haber fijado entre el sommier de mis viejos pero fue ahí que me di cuenta que se había caido en el auto de mi amigo. Ni lento, ni peresozo, establecí el contacto directo, no solo con mi hermano de la vida que me esperaba entre penumbras para arrancar esa noche, sino también con mi otro amigo para poder buscar el celular y sacarme la incognita. Correcto ! Estaba ahí, me volvió el color a la cara cuando sentí entrar mi alma al cuerpo nuevamente. Me relajé por suerte y me entré a duchar, en menos de 15' estaba listo y era la hora pactada para que empiece la noche.

Pase a buscar a mi coekeeper y nos enfilamos en el ejercito nocturno como buenos soldados que somos. Desde lejos, desde nuestro destino, llegaban las llamadas del Capitan y allí ibamos a estar cuando las agujas del reloj den unas vueltas más como lo hacía mi cabeza con la almohada hoy temprano. Pero la primera parada pasaba por el bar irlandes ese que tanto nos gusta. Y ahí fue cuando de parecer que la noche era una mas del montón, rompió el silencio y mientras estaba solo en una mesa, sentado, esperando a mi compañero y el relevo de otro que estaba llegando, apareció una sorpresa, como caída del cielo. Revolvió la basura que había sobre la mesa y como dice el dicho: "La basura de unos, es el tesoro de otros." Nunca mejor afirmado. En ese instánte, su felicidad fue compartida, la compartió con los mios y de seis era todo diferente.

Terminamos de reirnos y de hablar de la vida para ir en busca del Capitan. Hasta allá llegamos y puedo asegurar que más de uno nos seguía a nosotros por alguna red social de turno, por desvelo o por desgracia, les tocaba ver de afuera nuestras hazañas, seguir nuestras aventuras, televisar nuestro viaje. Y al fin arribamos, me sentía en casa más que nunca, la noche subía y mejoraba con el pasar de las horas. Nos recibieron como se recibe a los mas agraciados y recien llegados. Y no teniamos manera de decir que la noche era mala. Porque estabamos hablando de excelencia desde el principio hasta el final. Entre toda la gente, las caras conocidas sonaban cada vez mas cotidianas y viejos amigos se hacían presentes. Todos con regalos para el trío que anoche estaba muy cerca de Disney y así fue, seguimos hasta el final, hasta que las velas no ardían más, hasta que el hambre nos corrompía las entrañas para todo el líquido que habíamos ingerido. Faltaba un sólido ahí adentro. Fuimos por eso, regresamos y cerramos la noche que se extendió hasta largas horas. Entre tanto descontrol, una vez que pudimos bajar de la nube, algunos recuerdos se quedaron ahí, se me borraron de la mente y bueno, son cosas que pasan te diría yo. Estamos los soldados que somos y vamos a seguir estando. Gracias por eso.

Te dejo la nota de la noche: "Que haces despierta ma?" "Me voy a trabajar!!!" "Aaaah es verdad, yo tengo que hacer lo mismo. Anda a dormir que esta feo."

Beso y a la cama.

EN HONOR AL CAPITAN.