miércoles, 2 de octubre de 2013

Decides tu partida.

No lo decidimos. Solo se dió. No hay culpables, nada de eso. No me interesa saberlo. Pausa. Es irritante que me falte insipiración pero es como fue lo nuestro, vino solo y se fue solo. La ultima charla me preguntarás. Hubo peores. La dejo de lado la ultima, le doy obviedad porque fue espontaneidad. Solo eso y ahí queda, pero es inevitable ciertas cosas. Las intento gambetear pero estan bien paradas. La lluvia las ayuda, la mente las sostiene, la musica las nutre aunque la vida sigue y el tiempo pasa. 
No le busco la vuelta, porque no existe alguna. Desde el principio hasta el final esta todo dicho. Me desvelo ciertas noches, te sueño otras tantas y sonrio al despertarme. La ventana la dejo un poco abierta, tal vez el aire frio aclare mis ideas, el calor no da gusto más de la manera en que lo sufro.
Recuerdo las primeras noches y no hay nada ni nadie que pueda cumplir ese rol, es díficil ese papel, pero no desespero.
Hoy leí a Martín París, leo seguido su blog en Infobae, me siento en cada letra que escribe, en cada coma me pongo en su lugar, sé porque puso ese punto ahí, cuándo corrigió algo que había escrito de otra manera y sonaba muy frontal o muy bulgar. Me pongo en su lugar, lo entiendo. Me represento con él. Sus altibajos me llegan y veo que son los mismos que corren por mis venas, desde contar su noche anterior  con pura felicidad hasta la primera parte de su terapia tratando de olvidarla o de entender que pasó, que salió mal. Me hace reir, me hace llorar, me hace pensar, me hace sentir. De nuevo, en cada letra, cada palabra, cada coma, cada punto, cada espacio, ahí estoy yo, pensando igual, sintiendo igual, viendo igual.
Lo escucho a Ciro que me dice: "Ahora vamos a hacer un tema triste." y de repente me habla diciendome: "Se necesita siempre una PASIÓN." Pero es tan díficil olvidar tu sensación dice la letra. Se nota que lo es, no es nada fácil aunque tampoco no es nada del otro mundo. Y ahí estas de nuevo, como a esta hora siempre pasa lo mismo. Dónde están los abrazos que esta haciendo frío ya. Mejor cierro la ventana. Sigo escribiendo que tengo cuerda para rato parece o hasta que la mecha se apague. No sé que va a ser primero.
Quiero leer algo, no sé que... No hay nada. "La Espuma de los Días" podría se una opción pero no sé dónde quedó. Igual es triste el final. Como los finales que tiene esta vida en todas las historias que quiere contar aunque falla. Es lo mismo siempre, pero a mi me da letra, me inspira a escribir, salen cosas lindas de buena madera. Me despeja, me abre, me destilda y vuelvo.
Perdí las tarjetas, la de crédito y la de débito también, no sé dónde las puse. Era cuestión de tiempo hasta que pase. Me encanta perder, siempre lo hago. Se nota. Se sabe.
No me acuerdo de tantas cosas que pasaron ya. Perdí la cuenta... O nunca la lleve realmente porque no pensé que iba a ser finita. Que patético. No pasa nada, si la quisiera llevar podría, me va a llevar un tiempo pero la memoria esta intacta y eso es lo malo. Me meto de nuevo en los zapatos de Martín, ves lo que te digo. Los dos jugamos con la memoria, no somos robots, no podemos sacarnos la memoria y listo. Sería más fácil si fuera como en la pelicula no? Si... Esa de Jim Carrey que van al consultorio de la empresa esa que te borra a una persona de la mente. Que fácil la hacen, pero no se puede... "Eterno Resplandor de una Mente Sin Recuerdos." ese era el nombre. En la cama una tarde, acostados, de principio a final. Lo anotamos en una hoja, volvíamos a empezar como si nada pasó, pero no funcionó, era obvio que no iba a funcionar. Es el corazón el que le gana a la cabeza, qué querés que te diga? Impulsó para seguir adelante, se antepuso y decidió mandar él antes que cualquier otro. Nos despedimos, como otras tantas veces.

Decidiste tu partida. Solo eso... Nos despedimos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario