lunes, 4 de noviembre de 2013

Inmensos.

Antes que nada, pido disculpas. Si, las pido. Porque lo que sigue no lo escribo yo, lo robe de algún lado. Por ese motivo, mis más profundas disculpas a redactor de esta historia, o mejor dicho, a los redactores. Me vuelvo sincero, lamento robarles esta historia, pero la situación me supera hace un tiempo ya, y más ahora que se encuentra en la recta final, a tres pasos, a nada de terminar.
Es por eso y no por otro motivo, que pido disculpas, mis más sinceras disculpas a cada uno que me contó este cuento, una y otra vez, pero si no los inmortalizo acá justo ahora. Va quedar todo en la nada. No, eso seguro que no, porque la vida sigue y los protagonistas de esta historia van a seguir juntos. Se sabe. Se nota.
Desde el principio, les voy a decir que la culpa la tienen dos personas, dos locos rayados que andaban errantes probando suerte en todos lados y un día, así de la nada, la vida iluminó a uno de ellos para que vaya y le diga al otro: "Che, tengo ganas de armar algo y volver a empezar." (Distorsiono el diálogo para no ser tan evidente.)
- "Y bueno, dale. Contas conmigo en lo que sea." Una respuesta simple, de un simple loco que no sabía en lo que se estaban metiendo.
Y ahí empezó todo, de esos dos amigos que un día tuvieron una idea hasta el presente que ya se les va de las manos. Seguro algún lector debe creer que hablo de negocios, de algo muy importan, algún tema sucio o ilegal, pero se esta equivocando, por eso voy a seguir un rato más con el anonimato y dejando libre la imaginación de los que se sentaron un rato a leer.
Había mucha desconfianza e inseguridad en el medio, y sabían que no iba a ser fácil, pero se arriesgaron igual. O salía bien, o salía mal. El tiempo les iba a dar la respuesta. Había un sueño en común y se jugaban todo para lograrlo. Solos no podían, así que tenían que buscar unos cuantos locos más que compartan ese mismo sueño y esas mismas ganas. Y así fue...

- "Y yo tengo a alguien que puede andar bien..."
- "Yo voy a hablar con este otro para ver si se suma..."
- "Che, le dije a tal y dijo que sí..."
- "Hable con este pibe y le gusto la idea..."

De ser dos locos sueltos, pasaron a sumarse unos cuantos más, faltaban unos pares todavía pero no había tiempo y tenían que proceder con los que eran. Y el comienzo fue duro, por no decir imposible, pero como dicen por esos pagos: "Un tropezón, no es caída." Aunque debo aceptar que fueron unos cuantos tropezones, varios golpes y varias pérdidas. Sin embargo, el espíritu estaba intacto, el corazón más y estos dos locos seguían firmes con sus ideales.
A las bajas, se le sumaron refuerzos. Esos refuerzos trajeron más refuerzos y las ilusiones se renovaban, pero se los digo acá, porque tal vez nunca lo dije: "Los sueños se comparten. No se adueñan ni se roban."
Y fue ahí dónde los nuevos integrantes se estaban equivocando. Mira que le vas a venir a robar el sueño a estos dos pibes que salieron de la nada y te estaban invitando a soñar con ellos, no a que te apropies de todo su esfuerzo. Y menos, si lo que buscaban era cambiar ese sueño y querer hacerlo a su manera. No che! En otra vida tal vez te funcione pero contra estos dos loquitos no iban a poder hacer nada. Pegaron media vuelta y salieron por dónde entraron. Así es la vida, un día estas perfecto y al otro te dejaron solo, teniendo que empezar de nuevo. No quedaba otra. De los errores se aprende.
Se encontraban de nuevo, boyando, a la deriva y más complicados que antes, con las esperanzas intactas. Del ejercito se había marchado la gran mayoría. Habían llegado todos juntos y así se habían ido también. Lo peor, es que se habían puesto de la vereda de enfrente, con otra bandera, con otros colores, con otros propósitos, pero no era motivo para alertarse. El mejor de ellos, se había quedado, por suerte o gracia de la vida, había elegido seguir el sueño de esos dos pibes que poco conocía. Era duro todo lo que venía pero de a poco, se iban sumando nuevos integrantes a esto que empezaba desde cero, pero prometía mucho. Y no había vestimenta, solo un nombre que los representaba y muchos proyectos.
La vida es un poco loca porque gracias a la ex novia de uno de estos dos locos que acá estoy citando, se sumaron dos protagonistas importantes a la historia, un padre y un hijo. Quién se iba a imaginar que ese hombre, poco cuerdo, parado a un costadito y meta gritar a todo lo que se movía, se iba a transformar en un personaje esencial de esta historia. Así de simple, entre indignaciones, enojos, maldiciones y más, un día cómo cualquier otro se le iba a acercar un desconocido y lo iba a felicitar por cómo había cambiado a esos pibes que tan perdidos estaban. Y con esto, las esperanzas crecían, todo parecía perfecto. Se sumaban cara nuevas, algunos pasaban temporalmente, otro llegaban para quedarse. El nombre del grupo ya empezaba a sonar, cada vez más fuerte. De la nada, encontraron como representarse, de que color iba a ser la marca que dejen en esta historia. Todo estaba encaminado ya. Eran ellos antes que nadie. Todos esos pibes con un mismo sueño y su comandante a los gritos emprendían un sueño todos juntos.
Pero no siempre la vida es color de rosa, como están las buenas, también los malos tiempos llegaban y los fantasmas del pasado se hacían presentes. Parecía un final inesperado y triste y así fue. De un día para el otro, dejaron de existir, desaparecieron del planeta sin dejar rastros.
Habrá sido un año...
Un año y medio tal vez...
Pero un día todo empezó de nuevo, como nadie lo esperaba, ni yo mismo debo admitir. Otra vez este loco diciendo:

- "Estoy preparando el regreso..."
- "Era hora! Contas conmigo en lo que sea."

Y así fue, fueron largos días de planes, estrategias y organización. Desde las sombras, desde un punto lejano, todo empezaba a tomar color de nuevo porque la vida es así, a veces se combina para alumbrar personas como estas, que tienen un sueño intacto bien guardado pero que lo quieren cumplir. Y cuándo nadie lo esperaba, mucho menos ellos, estaban todos juntos nuevamente. Se miraban y no lo podían creer.
Otra vez al ruedo.
Otra vez a tirar todos para el mismo lado.
Otra vez a volver a emocionarse.
Otra vez a soñar.
Eran esos pibes que la lucharon año tras año, día a día, minuto a minuto. Empezaban de nuevo, una vez más, con los mismos sentimientos y esperanzas intactas. Se sentían tan bien. Habían vuelto una vez más para, esta vez, no irse más. Nadie los iba a parar y eso se notaba. Habían cambiado unas cuantas cosas, el tiempo había pasado, pero al escuchar ese nombre y ver esos colores, más de uno empezó a temblar. Eran ellos nuevamente. Estaba ahí. Listos.
Tuvieron largas batallas a lo largo de este último tiempo, algunas muy buenas, otras muy malas, pero habían mejorado. Los últimos en llegar se adaptaron fácilmente y el grupo cada vez estaba mas firme. No eran fáciles de abatir y lo demostraban dando pelea hasta el final. Sufrieron y sudaron sangre, pero mientras mas dura la batalla, mas dulce es la victoria. Todavía el logro no estaba completo, en su primer etapa habían terminado como el tercer mejor. Ya era un paso más cerca de lo que apuntaban y todavía faltaba mucho.

HOY... Solo faltan tres partidos para cumplir el sueño que hace cinco años llevamos con nosotros. Solo quedan TRES FINALES y las pensamos jugar con el corazón. A todo o nada. A matar o morir. El que lo lea y comparta esta emoción que siento por esos colores, sabe bien de lo que hablo. No es algo de un día para el otro, es mucho más que eso. Es un sueño que quiero cumplir y estoy agradecido a la vida por poder formar parte de este equipo tan grande y glorioso, con tanta sangre y corazón. Es indescriptible mirar al lado y saber que está un HERMANO cuidándote la espalda, tirando para tu mismo lado y acercándose cada vez mas a cumplir nuestro sueño.
Hoy solo quedan doscientos cuarenta minutos de juego y en cada uno de esos minutos pensamos dejar todo lo que podemos porque es así de simple, vamos a hacer valer el esfuerzo de cada uno de nosotros, el orgullo de llevar nuestro colores, de defender nuestro nombre, de no tener miedo, ni respeto a ningún otro equipo, de poder ir al frente y saber que no estamos solos.
Gracias a cada uno de los que forma parte de esta enfermedad.
De esta locura.
De esta pasión.
De este amor incondicional.

A MIS COMPAÑEROS DE EQUIPO...
MIS AMIGOS...
MIS HERMANOS...

ESTO ES CHECA.

"Lo único que me voy a lamentar toda mi vida es no poder tener a mi abuelo en este momento, no haber tenido la suerte de tenerlo aunque sea cinco minutos afuera de la cancha viendo un partido nuestro. Daría lo que fuera porque así sea.
Sé muy bien, que esta ahí conmigo, con nosotros haciendo fuerzas para que nuestro sueño se haga realidad.
Ayer, después del segundo gol nuestro, lo sentí afuera de la cancha, sentado, disfrutando de nuestra alegría. Mire al cielo y le di las gracias."

Joni.

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